Autores como
Bogoya (1996) plantea que "la vista
como una Oportunidad o una capacidad para poner en escena una situación
problemática y resolverla, para explicar su solución y para controlar y
posicionarse de esta solo es visible a través de desempeños, es decir, se
necesitaba una mediación de los desempeños para poder explorar la competencia
que se encuentra como una caja negra, posiblemente opaca, que es imperativo
develar".
Por su parte
Torrado (1995) plantea que "la
competencia es esencialmente un tipo de conocimiento ligado a ciertas
realizaciones o desempeños, que van mas allá de la memorización y la rutina. Se
trata de un conocimiento derivado de un aprendizaje significativo".
Gonczi (1996)
plantea que "la competencia se
concibe como una compleja estructura de atributos necesarios para el desempeño
de situaciones específicas. Es una compleja combinación de atributos
(conocimientos, actitudes, valores y habilidades) y las tareas que se tienen
que desempeñar en determinadas situaciones".
Según Castellanos, (2003).
"la
competencia es una configuración psicológica que integra diversos componentes
cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades de la personalidad en
estrecha unidad funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente en una
esfera específica de la actividad, en correspondencia con el modelo de
desempeño deseable socialmente construido en un contexto histórico
concreto".
Por su parte
Cejas y, Enrique (2006) comparte esta definición: “la competencia es un sistema de componentes (cognitivos,
metacognitivos, motivacionales y cualidades de la personalidad) que posee un
individuo para desenvolverse eficientemente en su vida como ser social en todas
las facetas”. Boyatzis (1982) indica
que “las competencias son características
subyacentes en una persona, que están causalmente relacionadas con una
actuación exitosa en un puesto de trabajo.”
Tales
características subyacentes son de diferente naturaleza e incluyen cinco (5)
tipos de componentes. (Ver figura 2)
1.- Rasgos: características físicas y naturales de carácter estable,
que posibilitan un mayor o menor grado de realización de una acción. Por
ejemplo: un temperamento explosivo (rasgo de personalidad) que dificulta
controlarse ante una provocación o una altura de dos metros (rasgo físico) que
posibilita acercar las manos a una canasta de baloncesto.
2.- Autoconcepto: las actitudes, valor y autoimagen que influyen en una
predisposición mental hacia la realización de una acción. Por ejemplo: una
autopercepción de valentía y unos valores patrióticos que predisponen a la
realización de actos heroicos por los bien de otros ciudadanos.
3.- Motivación: deseos continuos que impulsan la acción hacia unas
conductas y la alejan de otras. Por
ejemplo: un deseo de aprobar una oposición, que incita a poner tenacidad en el
estudio.
4.-
Conocimientos: formación
e información que se dispone sobre algo, que es susceptible de ser aplicada al
comportamiento, aunque no necesariamente se haga. Por ejemplo: el conocimiento
teórico de unas técnicas de negociación
que se aplica (o no) cuando surge la oportunidad.
5.- Destrezas: habilidades para realizar determinadas tareas.
Fundamentalmente son destrezas físicas y mentales. Por ejemplo: el buen pulso
que tiene un cirujano con su bisturí (destreza física) o la facilidad para la
búsqueda alfabética que desarrolla un
bibliotecólogo (destreza mental).
Figura 2.
Implicación de las competencias.
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